martes, 28 de octubre de 2025

 Cuando me mudé al pueblo (Atencíngo, Pue.) me tocaba dormir en el pasillo, tenía como 6 años, no tenía cuarto. Aparte de eso, las historias locales no faltaron.

La casa tenía un patio enorme, con varios árboles, un paso de agua (sequia le llaman). Uno de los árboles es o era un Ahuehuete, el cual era el más grande de todos, frondoso, imponente y con Murciélagos

En la sequia como en toda corriente de agua, la relacionaban con la Llorona. Para aderezar las noches, a dos casas vivían un par de viejitas muy mayores de edad, nunca supe que edad tenian, pero lo importante es que tenían decenas de gatos, y todas las noches tenían peleas, al ser tantos y sin esterilizar

Pero también fue la primera vez que escuché que justo, junto al Ahuehuete se aparecia El Charro Negro, quien era la misma aparición del Diablo, el cual buscaba almas

Nunca vi nada, pero para un niño de 7 años era una verdadera historia de terror





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